
Después de caminar 15 minutos por eso bosque, llegaron a un claro donde Julian se maravillo, al fin había llegado a la aldea, una aldea con chozas hechas de flores, y un templo hecho de flores rojas y blancas, otra cosa que sorprendió a Julian eran los habitantes de aquella aldea, seres joviales que irradiaban un aura infantil, todos haciendo sus tareas en silencio, y las mujeres por igual.
Fue entonces cuando el sabio le dijo su nombre, yogui Raman, y lo llevo a la que seria su casa. Estando ahí el se sintió como si esa fuera su casa.
Conclusion
Lo que Julian encontró en aquella aldea fue paz y serenidad, algo que el había perdido, y que muchas veces por nuestro acelerado ritmo de vida también nosotros perdemos.
Al estar el en un ambiente lleno de naturaleza y calma, el sintió lo mismo.
Lo que Julian encontró en aquella aldea fue paz y serenidad, algo que el había perdido, y que muchas veces por nuestro acelerado ritmo de vida también nosotros perdemos.
Al estar el en un ambiente lleno de naturaleza y calma, el sintió lo mismo.
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